lunes, 20 de junio de 2011

3. I MEAN THIS, FOREVER.


    Al día siguiente, cuando Frank se levanta, no hay nadie esperándole. No está el torbellino que deseaba ver. A pesar de ello, todas las cosas en la cocina están perfectamente preparadas, como esperándole, listas para preparar y consumir. Frank sonríe. Cuando se aprendió lo que desayunaba, siempre se encontraba el desayuno listo, y al lado ella mirando por la ventana como si no tuviera nada que ver en ello. Pero hoy no está su ceño fruncido, o sus gruñidos que pretendían ser saludos, ni ese resoplar indignado cuando él bromeaba intentado untarla de mantequilla.
    Según Thomas, “la señorita ha salido temprano y no dejó indicación de una hora concreta de vuelta”. Al parecer, Amy podía pasarse todo el día fuera y nadie se extrañaría. Su madre siempre trabajaba mucho y apenas se la veía por la casa; varias noches Frank la había oído llegar a las tantas. Sabía que lo de ayer la había dejado algo extraña (más de lo normal), pero no se esperaba que desapareciera.
    ¿A dónde podría haber ido?

    Amy, más que caminar, parece apisonar la arena. Ya lo ha probado todo, ha ido incluso a tocar la guitarra, pero ha tenido que dejarlo a los dos segundos porque no acertaba ni un solo acorde. Se ha venido a su último recurso, la playa, el mar, el sonido relajante de las olas, la caricia suave de la brisa. Pero tampoco sirve. Las olas rompen salvajes en sus oídos, y la brisa revuelve su pelo de tal manera que la enerva, porque se lo enreda y despeina. Anda sin rumbo fijo, soñando que a lo lejos, al final de la playa, tal vez esté la entrada a otro mundo, otra dimensión, donde todo sea más fácil.
    Pero todo lo contrario. Allí, sentado en una roca de su acantilado preferido, un pelo rojo y una espiral de humo con los que casi se topa de lleno. Él, que miraba distraído el horizonte, se vuelve hacia ella sorprendido por el movimiento.
-Black-exclama, antes de que ella pueda huir. Se frena, queriendo echar a correr pero a la vez paralizada al oír su nombre.
-Yo ya me iba…-murmura.
-Black, espera-se levanta rápido y la alcanza.
    Ella se queda parada, en silencioso desafío.
-¿Hoy no viene ese pequeño bufón contigo?-no puede evitar soltar, y ella le fulmina con la mirada.
    Sin responder, se da la vuelta y se aleja.
-Vale, Black, perdona, no lo decía…-se frena en mitad de la frase, porque ella se ha frenado tan bruscamente que casi se la come. Se apartan como si se hubieran quemado, algo incómodos. Ella le clava un par de témpanos de hielo, casi dejándole ciego de la impresión.
-No, tú nunca dices, nunca haces, nunca nada.
    Gerard se queda parado sin saber qué decir.
-Tú ya sabes cómo s…
-No, Gerard. Yo no sé cómo eres.
-Me conoces desde hace mucho.
-Eso no significa nada-sisea ella-. Tal vez creí, hace tiempo, que te conocía. Pero está muy claro que nunca lo hice-aparta la mirada.
-Amy-ella levanta la cabeza bruscamente al oírle llamarla así-, yo nunca quise… Nunca…
    Ella, expectante, le observa fijamente, ansiosa por escuchar el final de esa frase.
-¿Nunca…?
-El pasado es pasado, Amy. Mira, Mikey está colado por ti, y…
    Amy resopla, y se aleja un par de pasos.
-¿Pasado? ¿Mikey? Bien, Gerard, si el pasado es pasado… No me hagas perder el tiempo de mi presente.
-¡Amy!-la retiene por el brazo cuando ella intenta salir corriendo, y se queda paralizado al ver sus lágrimas.
    Ella se revuelve y consigue soltarse, y Gerard, en pleno shock, esta vez no intenta perseguirla. La ve alejarse, corriendo como puede por la arena con sus pesadas botas, y desea correr como ella, huir muy lejos, y desaparecer para siempre.

    Se hace de noche, y Frank sigue sin noticias de Amy. No dirá que empieza a preocuparse, porque preocupado lleva todo el día, sino más bien que una alarma salta en su cerebro, un pánico sordo que le recorre la mente y se apodera de su cuerpo. Ella debe haber apagado el móvil, y Frank no para de mirar el reloj nervioso.
    Cuando oye la puerta principal, decir que se abalanza hacia la entrada es poco. Lo primero que ve son sus ojos enrojecidos, y parece temblar también. ¿Hará frío fuera? Se echa sobre ella.
-¿Dónde has estado? ¿Por qué no has llamado? ¿Por qué no avisaste, en un principio?
    Ella le mira con ojos como platos, atónita. Durante unos segundos es incluso incapaz de responder.
-¿Qué dices?
-Estaba preocupado. Te vas por la mañana sin decir nada, y no apareces hasta ahora…
-¿Y a ti qué te importa?-le gruñe ella, intentando deshacerse de él y subir las escaleras.
-¿¿Cómo que qué me importa??-agarrada de los brazos como la tiene, la sacude al hablar, algo alterado.
-Exacto-con un movimiento de brazos, se lo quita de encima y se separa de él-. Qué te importa a ti dónde he ido o dejado de ir, qué he hecho o dejado de hacer. Cada uno se ocupa de sus propios asuntos-es la voz más áspera que le ha escuchado nunca, y Frank se siente desmoronar por dentro, viéndola así. Tiene diecisiete años, no debería hablar como una persona de mediana edad hastiada de la vida.
    Baja los brazos, en gesto de rendición.
-Pues resulta que sí me importa. Me importa, y mucho.
    Al ver aquella expresión dolida, y esa actitud derrotada, Amy siente que algo arde en su corazón hecho hielo. Y a la vez lo hace añicos.
-Por qué-su voz sigue sonando afilada.
    Él, nada cobarde, le sostiene la mirada.
-No lo sé.
    Amy resopla, escéptica.
-Ya, claro-y le fulmina con la mirada.
    Frank levanta los brazos con las palmas hacia arriba, en gesto de paz, pero dándola por perdida.
-Como quieras.
-¿Como quiera qué?-y por primera vez suena como la adolescente que es, incluso como la niña asustada y sola que hay en su interior.
    Él hace un chasquido de fastidio con la lengua.
-¡Eres tan difícil…!
-Dime algo que no sepa-y su voz vuelve a sonar oscura.
    Vuelven a cruzarse las miradas, en lucha silenciosa. Frank es tierno y Amy lo sabe, pero también puede tener mucho carácter.
-Yo nunca…
    Amy siente un escalofrío recorrerle toda la espina dorsal. No puede ser. Frank se queda callado, como pensándose lo que va a decir, y todo el cuerpo de Amy siente la derrota, una vez más, y se prepara para lo siguiente. Lo de siempre.
-¿Nunca…?-sus ojos parecen verdaderos témpanos cuando sisea la misma pregunta que formuló esta mañana.
-Yo nunca me voy a ir-suelta entonces él-. Voy a estar aquí. A tu lado. Y si algún día no es así, será porque me han arrebatado en contra de mi voluntad del sitio al que pertenezco.
    La aplastante sinceridad, la ternura en sus ojos, y el significado de aquellas palabras golpean a Amy de manera contundente. Las piernas le fallan, y se deja caer al suelo. Al verla, Frank va hacia ella y se arrodilla a su lado.
-¿Amy…estás bien?-dice en tono de alarma.
    Amy le mira directamente a los ojos, tratando de leer algo en ellos que le indique que se equivoca, como tantas y tantas otras veces. Pero no encuentra nada más que verdad, verdad pura y luminosa, y una convicción que ella pensaba que ya no existía en ningún ser humano. Se agarra a sus hombros, se aprende su rostro de memoria intentando encontrar lo que no va a encontrar.
-¿El sitio al que perteneces…?-dice entonces con voz ahogada.
    Aquella fina sonrisa, llena de cariño, termina de abatirla por completo.
-Sí. Éste-entrelaza con suavidad una mano con la suya-. A tu lado.

3 comentarios:

  1. Hola, eres una cursi.
    Pero es que asldfjaskdlfjasldkjfqupoierfhlkj. Frank, joder, te quiero.
    PD. Me encanta que le llames 'Azafrán' a Gerard xDDDDD

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  2. AKJSFAGHKJFGSKJDGHSJAKGFSK.
    y también ADKJFHSDKJGHDSKJGFHDJHFKLHJLGKFJHLÑ.
    ¡Ah! y no olvidemos que KGJHNBKNFGBLKJGKDFGKDFJHGBVB.

    pues eso xDD

    Muero de lo cuqui que es Frank, rili. ¡¡¡Me lo como!!!

    aingaingaing no quiero "perder" más tiempo comentándote! ¡Quiero leer ya el siguiente capítulo!


    <3

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  3. No hay mejor expresión para definir cómo me tiene ahora la historia que:

    ASDFGHJKJHGFSDA<sdgfhjgsdaSDFGHGFSDAasdfgdsASDFSAsdfdsaSDFGDSADFDSADFSADFDSASDFGDSASDFDSADFGFDSADFGHJHGDFSAsdfghjkhsdfadfghjkhgfsdadfghjkhgfsdadfghfdsadfghfsdaASDFGHFDSADFGHFDSADFGHGFDSADFGHGFDSADFGHJGFDSADFGHJKLÑKJHBGZXCVBJKUHYGFDSXC VBNGHFDSAXCVBGHTREDSXCVBGHTRSDAZXCVBGHJGTFRSDZXC BVNHGTRFSDXZC VBGFRSDAZXC VBGHJYTRSDXCV BGHFRD

    ¡¡¡¡¡¡¡Me tienes intrigadísima con lo de Gerard y Amy. Casi más que el puto humo negro de "Lost"!!!!!!!!!!!!

    Y Frank, qué rico que es. Es para comérselo enterito.

    Y de nuevo repito, me encanta cómo describes las sensaciones y las emociones.

    Me vas a matar del gusto.

    Sabía yo que iba a ser genial leerlo, con tanto comentario alabándolo en mi TL. Tonta yo que se me había olvidado que me pasaste el link. Para matarme.

    ¡¡Un abrazo!!

    PD: Ya empieza a emerger Miss Exclamaciones ;)

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